El 31 de marzo del 2012, hace exactamente un año, las llamas corrían ladera abajo por el cañón del río Eume hacia el parque natural de As Fragas do Eume, uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa y joya ecológica de Galicia por su valía ambiental y paisajística como referente turístico del noroeste gallego.
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Fue uno de los peores incendios del año en plena sequía invernal. Según los datos facilitados esta semana por la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, consumió 520 hectáreas, 274 de ellas eran fraga o bosque autóctono, y amenazó el corazón verde de un espacio natural único, que suma 9.126 hectáreas, con un hábitat muy singular que habitan especies protegidas y poco usuales.
El fuego se declaró a las 15:00 horas del 31 de marzo en un foco único en el alto de Teixido, en el municipio coruñés de A Capela, saltó el río Eume y se extendió por Monfero, As Pontes y Cabanas, cuatro de los cinco municipios que lindan con el parque natural.
El juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol abrió una investigación que se archivó cuatro meses después, a finales de julio, al no hallar un autor material de un fuego imprudente que se originó, como causa más probable, a partir de una colilla, según se reflejaba en las conclusiones del informe del Seprona de la Guardia Civil.
Las llamas avanzaron hasta cercar el monasterio medieval de Caaveiro, un cenobio del siglo X, y se movilizó a 334 efectivos de la V brigada de la UME, Unidad Militar de Emergencia.
El parque de As Fragas ardió durante cinco días, del 31 de marzo al 4 de abril, hasta que la Xunta dio por extinguido un fuego que movilizó a la sociedad gallega. Resultaron afectadas 61 hectáreas de las 300 que forman la zona de reserva, la más valiosa desde el punto de vista medioambiental, otras 62 fueron de matorral y 150 más de plantaciones de eucalipto y pino, especies repobladas artificialmente.
Doce meses después de aquel fuego que sacudió la conciencia ambiental de Galicia, la Consellería que dirige Agustín Hernández, a través de la Dirección General de Conservación de la Naturaleza, concluye tras "varios controles" y muestreos en distintos puntos del parque, que la evolución en la regeneración ambiental de As Fragas es "continua y muy positiva".
"En las zonas de superficie quemada se observa una progresión de la cobertura vegetal", destaca Medio Ambiente, que tras el fuego colocó barreras vegetales para evitar el arrastre de cenizas al cauce del río, esparció paja, prohibió el paso y las talas y resembró con especies autóctonas.
Desde Verdegaia, el colectivo ecologista, acusan hoy a la Xunta de "eludir su responsabilidad" en la planificación forestal del parque. En un nota, señalan que esta "dejadez" del Ejecutivo autonómico no hace sino "favorecer el riesgo de incendio" y denuncian que, un año después, el Gobierno gallego "silencia los problemas de eucaliptización" del parque, que "en un 22,5%" de su superficie está repoblado con especies foráneas como pinos y eucaliptos.
"El eucalipto, en fase de rebrote después del fuego, además del alto riesgo de propagación de incendios, es una amenaza real para la biodiversidad natural de un bosque atlántico caducifolio", señala Verdegaia.
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